Paseo a Huaral

El fin de semana pasado tuve que salir apresuradamente a Huaral por un asunto familiar, lamentablemente no pude tomar muchas fotos por la misma naturaleza del asunto que me sacó de la ciudad, pero tampoco tuve mucho tiempo para ello.

El viaje duró un promedio de 2 horas, contando desde la salida de mi casa, hasta la llegada a la puerta de la casa de la familia en Huaral, así que un par de Discos, agua, uno que otro dulce para el camino y ya estábamos allá; el viaje en bus fué bastante cómodo teniendo en cuenta que en 2 horas podría llegar de mi casa a Chorrillos, o a Chosica y con la espalda maltratadísima por el viaje en combi…

El pueblo se encontraba un poco más «encementado» que la última vez que fui, claro que ya pasaron aquellos tiempos donde iba al menos una vez al año a disfrutar del aire un tanto más puro que por aquí, el sol y la deliciosa fruta fresca apenas arrancada de la planta.

Algunas cosas no cambiaron desde que tengo uno de razón, el viejo camino apenas afirmado, con sus pequeñas pendientes, donde al encontrarse dos vehiculos en sentido contrario uno tiene que hacerse a un lado y detenerse para que pase el otro, la hacienda Huando con sus incontables arbustos de Naranja, la polvareda del camino y ese solecito que pone el ambiente tan agradable.

La casa estaba lena de gente y en la calle habían al menos 60 personas, algunas dispersas otras sentadas en unas bancas. Era la hora del almuerzo y a todos nos alcanzaron la comida en unos platos descartables de plástico del conocido tecnoport (tecnopor, telgopor o poliestireno) y cucharas de plástico descartables. Algunos acompañaron el almuerzo con alguna bebida personal, coca cola, pepsi, inka cola o agua, en botellas de plástico no retornables. El detalle desagradable para mi se inició cuando iban terminando uno a uno su comida y bebida, sentía como un golpe cada vez al ver que todos ellos uno a la vez arrojaban los envases al suelo.

He de decir que la calle no está asfaltada y solo es tierra afirmada por el continuo tránsito de los pobladores y el agua, poco a poco el espacio se convirtió en un basurero inmenso con multitud de colores, donde podíamos ver todo tipo de plásticos.

Cuando vi a la primera persona arrojar el plato al piso intenté levantarme para indicarle que podía colocar el receptáculo en una bolsa plástica, pero luego la ola fu incontenible, tan incontenible que estuve a punto de dejar de comer por la indignación. Claro que esta no fué mayor que el hambre, acto seguido llevé mi plato al interior de la casa y lo arrojé al basurero.

Al volver a salir de la casa el panorama fue desolador, niños orinando en cualquier lugar de la calle, basura por todos lados, perros revolviendo entre los residuos… empecé a reflexionar sobre lo que estaba sucediendo y mis pensamientos iniciaron con la frase «que se le puede pedir a una manada de campesinos sin cultura, claro, viven en el campo cultivando la tierra, están acostumbrados a arrojar todos sus residuos al suelo como si nada pasara, cómo se les va a pedir que recojan lo que acaban de tirar a quienes usualmente tienen entre sus manos… espera, ¿qué tienen usualmente entre sus manos? tierra, cáscaras de frutas, semillas, pepas, herramientas tan sofisticadas como una pala; si nos detenemos a pensar, los desechos que usualmente producen no son contaminantes, arrojar los desechos de la comida en la tierra a lo mejor hasta la enriquece, la abona; entonces ¿qué hacen ellos con plástico entre las manos? es obvio que no alcanzan a comprender que esta clase de materiales no son biodegradables como los que ellos están acostumbrados a manipular.»

Y en realidad creo que es un poco así, la tecnología les llegó sin manuales, así a lo béstia nomas, tienen un poder destructivo que no alcanzan a comprender «aún». A lo mejor sería conveniente hacer alguna campaña informativa, o pasarles algo por los dos o tres unicos canales de tv que pueden ver. Ahora entiendo -no justifico- un poco mejor estos comportamientos de algunas personas en la ciudad, nunca han tenido orientación en este sentido y por lo que creo estarán lamentablemente lejos aún de tenerla.