Il mostro
Viajar en transporte público en la conocida «hora punta» es una experiencia super desagradable, es por esto que en ocasiones y cuando me vence el cansancio al regresar a casa opto por tomar taxi, esto es bastante cómodo, considerando que tengo un asiento para mi solo y para explayarme sin preocuparme de molestar a la persona que tengo al lado. Una de las cosas que más me gusta cuando voy en taxi (y cuando no hace mucho frío) es abrir la ventana y sentir la brisa sobre mi rostro, mientras claro, me aislé completamente con los audífonos, imaginándome que lo que veo es el video de lo que escucho; esto es muy recomendable en caso de que te toque uno de esos taxistas que hablan y hablan suando no queremos hacerlo. Dejo claro que a veces soy yo quien inicia la conversación con alguna pregunta o comentario sobre el tema que tenga en la cabeza en ese momento. Además, solo algunas veces los taxistas tienen como soundtrack alguna canción que quiera yo escuchar en ese momento.
Algunas veces han salido conversaciones interesantes que me hacen pensar en la gente que pasa hora tras hora y día a día tras el volante, transportando a otra gente que no conoce y que probablemente no vuelva a ver nunca más en su vida. El día de hoy estaba pensando dejar de lado un taxi para tomar otro con mejor apariencia, a veces soy medio jodido con eso de subirme a un taxi, reviso desde la distancia que no sea un «Tico», que tenga las luces en buen estado, que tenga una trayectoria más o menos uniforme al acercarse, que no venga demasiado rápido, que tenga el letrero de taxi sobre el carro, de preferencia que no tenga rejas dentro de la cabina, que tenga los stickers o logotipos de alguna empresa de transporte, que el chofer tenga cara amigable, etc, etc, etc… y por esas cosas que tiene la vida, terminé subiéndome a un ese taxi que iba a dejar pasar.
Este taxista no tenía la menor intención de hacerme la conversación, pero me llamó la atención que escuchaba una música que no había encontrado antes en otro taxi, sonaban violines y pianos, me pasé los primeros 10 minutos escuchándo la música e imaginándomela con baterías encima y guitarras distorsionadas marcando el compás. De pronto la canción que sonaba me terminó de vencer y le pregunté que era lo que estaba escuchando. Esto dio inicio a una conversación que no terminó hasta que terminé de bajar del auto, la canción que sonaba era «il mostro» de Ashram, me comentó que era músico (además de taxista, abogado, y amateur de «vale todo», mientras yo me preguntaba como podían convivir esas aficiones juntas en un mismo ser humano (sobre todo por el vale todo el cual detesto), me dijo que dejó el vale todo a petición de sus amigos de la banda, amigos de la infancia que se habían reunido después de 17 años para hacer música, solo por gusto de la música, y que no querían que deje de acompañarlos debido a algún accidente en las luchas, me dió algunos nombres de artistas, escuché algunos temas de su banda, y otras canciones que tenía en su mp3, que estaba conectado con un cable que tenía los conectores dorados, me habló de notas abiertas, cerradas, y que al transcribir a partitura cualquier tema de la cumbia que sonaba en las radios era una mierda inconsistente (vaya novedad), me dijo que el trataba de escuchar música «evolucionada», y la expresión me pareció bastante graciosa.
A veces me parece gusta descubrir el universo de las personas que circunstancialmente cruzan por mi camino, aunque esto es parte de descubrir mi propio universo.
Este es el audio de Il Mostro de Ashram, como señal de que el blog no está muerto, y de que trataré de estar por aquí recopilando más cosas que forman parte de mi universo.
ser humano
Music & Design & Photo & Bike.
Test, fail, learn, repeat.
Quiero y necesito la partitura para violín, no me interesa del todo la historia (perdona mi falta de interés) pero quiero esa partitura desde hace mucho y sacarla a oído esta un tanto difícil, así que ponla, porque busque partitura y solo salio la historia…