Viviendo solo: día dos

Desde hace dos días mi madre salió de viaje a visitar a mi hermano, y me dejó solo en casa. Aunque decir solo es un poco exagerado, ya que en mi casa también viven Gerald, mi tio (el hermano de mi papá) y desde hace un par de semanas Oscar, que es un amigo de 18 años que tuvo problemas y nos pidió que lo alojemos mientras encuentra algo.

De todas maneras es un poco como estar solo por primera vez, y encima de responsable, porque tengo que ocuparme de las cosas de la casa. Mi tio es un cero a la izquierda, completamente inutil en los quehaceres domésticos, además trabaja todo el día, y cuando no esta trabajando está bebiendo o durmiendo; Gerald me ayuda con las cuentas de la casa, pero también trabaja fuera de casa, y Oscar el recien llegado, entre buscar trabajo y ayudarme con algunas cosas está en nada.

El día de ayer salí a comer en casa de mi novia, así que no tuve que preocuparme por casi nada; pero hoy día me hice cargo de la cocina. Ya había cocinado algunas veces, incluso he tenido algún accidente con eso. Esta vez ya tenía la experiencia del fuego, y algunas nociones, así que preparé unos fideines con salsa roja, ensalada, vino… delicioso. Lo único malo es que veo que me quitará tiempo que usualmente dedico al trabajo.

Hoy he ido de compras, cosas para la cocina, me he sentido prácticamente un ama de casa, por decirlo de alguna manera, me he provisto de una buena ración de fideos (excelente opción para una cocina rápida), carne molida, algunas verduras y frutas, nutella y mantequilla de maní para el desayuno (así me ahorro el estar comprando embutidos todos los días), té, y listo… además tenía desde hace algún tiempo un poco de pisco, para los ratos de «sano» esparcimiento.

Hoy día hablé con mi madre por la mañana y me le pregunté que le había parecido la ciudad, me dijo, es bonito, todo es muy ordenado, no hay perros ni borrachos en las calles, esto me dio mucha risa.

Parece sencillo llevar adelante el día a día cuando las reglas están pre-establecidas, por la mañana irrumpí en la habitación del tio, y le exigí con palabras amables pero firmes, que no descuide el cuidado con el baño, repartí los deberes, hice un calendario para las actividades de limpieza, y listo, veamos como nos va.

Me estoy tomando la cuarta copa de vino… y pensaba que el vino antes de su efecto soporífero ejerce en mi un efecto catártico.

Mañana empieza una nueva semana, extraño un poco a mi madre, pero es reconfortante saber que está bien atendida y segura, con esa confianza puedo dedicarme a mi trabajo y algunos asuntos pendientes.