Sueño 2 (El sapo)

La vista que tengo es de una callejuela angosta, las paredes de las casas son de piedra, muy rústicas, camino por una calle larga y es de noche, el cielo esta increiblemente azul, y la luna llena ilumina los pequeños charcos de agua que hay en el camino, es un paisaje típico de una callejuela de Cuzco (ahora que conozco el Cuzco estoy seguro que fué allí, pero cuando lo soñé no conocía). CAmino trankilamente, no tengo frío, pero no se a donde voy ni porqué estoy alli, a mi lado, entre los charcos de agua donde se refleja la brillante luna va saltando un sapo, va a mi lado por la calle.

El sapo me habla, pero no con palabras sino que yo puedo entender lo que me dice. Me dice que tengo que trabajar, que tengo que gusrdar el dinero, que trabaje mucho, mucho. Y seguimos por el camino. De pronto el paisaje cambia, cambia el tiempo, ya ha pasado tiempo desde mi paseo con el sapo, y estoy volviendo a mi casa del trabajo. No se como, pero entre mi casa y el trabajo hay un boske por donde yo cruzo, en medio del boske hay un arrollo, hay pastos muy verdes y el sol de primavera ilumina todo y hay también flores amarillas. Camino por una de las lomas y escucho que alguien juega en el arrollo, oigo risas de un hombre y una mujer, y el sonido del agua; me acerco para ver y veo a mi novia, que ha venido a visitarme desde el pais donde ella vive, me alegro mucho, pero a su lado veo un sapo, enorme, como de dos metros de altura, y gordo y muy feo, con su ropa de baño como las bermudas que se usan ahora, de color amarillo.

Los veo riendo, y le hablo a mi novia.
– Hola, que estás haciendo?
Me responde – Estoy jugando con un amigo, no ves que tu tienes que trabajar?, yo no me quiero aburrir en tu casa.
– Ok, está bien (le digo), ya terminé de trabajar voy a la casa.
Y ella me responde:
– Anda pues, yo me quedare aquí con mi amigo.
El sapo ríe cinicamente, empiezo a caminar aljándome del lugar y volteo la mirada, alcanzo a ver como el sapo la arroja por el aire como trampolín hasta el arrollo, y se abrazan y se ríen, sigo caminando, con mi ropa de trabajo, con dirección a mi casa.
Despierto