Sueño 1 (Indios)

Este sueño lo tuve hace unos 4 años aproximadamente, lo recuerdo muy bien porque fué muy crudo para mi.

Collique es un barrio marginal en mi ciudad, se extiende desde las faldas de una montaña, hasta las partes más altas, casi en la cima, está dividido en 8 ó 9 zonas, cada una más alta que la otra y amedida que uno va subiendo las casas se tornan más precarias y la gente más pobre, niños sin zapatos y llenos de polvo (porque en Collique, en las zonas más altas ya no existe el asfalto) corriendo y jugando por los cerros aledaños.

A menudo Collique es blanco de grupos de colaboradores, incluso internacionales que vienen a ayudar aunque sea por temporadas a la gente más necesitada; a menudo he acompañado a algunos de estos grupos y he visto su trabajo. Un día de tantos me encontraba con un grupo de �??gringos�?? (la forma común de llamar a la gente blanca), estábamos en una de las partes más altas de Collique y ellos estában emepzando a realizar tareas de construcción con material noble, para que las viejas cabañas de madera y paja sean reemplazadas por módulos de cemento y ladrillo, la comunidad estába muy feliz, porque los �??gringos�?? habían traído viveres y material para ayudarlos a construir sus casas, pero durante todo el tiempo un sentimiento de angustia me mantenía cautivo, admirando la alegría en los rostros de las personas, blancos y mestizos trabajando juntos, sucios todos, muy bonito espectáculo.

De pronto entro en la única casa de cemento, que se encontraba practicamente incrustada en la tierra, como sembrada en medio del cerro; entro en una de las habitaciones, y recuerdo que toda la mañana he visto algo en las cimas de los cerros, he visto pequeñas siluetas de lo que parecían ser personas, me daba angustia, pero n les tomaba tanta importancia. De pronto, ya no existe la puerta de la habitación, y ya no puedo salir, apenas alcanzo a mirar por una pequeña ventana que está en una de las paredes, la ventana es muy pequeña, solamente del tamaño de un ladrillo y es imposible que yo pueda salir por alli; pero no hay problema estoy calmado.

Sigo observando por la ventana, como la casa está en un cerro, por el lado de la ventana está el camino que sigue subiendo y la ventana se vé al nivel de los pies de las personas que están afuera de la casa (dibujaré esas cosas para poder explicarme mejor). Cuando en eso, los personajes que estában en las cimas empiezan a acercarse, solo son 4 los que vienen, pero todavía no puedo distinguirlos bien. A medida que se acercan veo claramente que son indios, con vestidos de telares coloridos, tal como lo usaban los incas en su tiempo, ellos caminan hidalgos, con la frente bien en alto, pero ¿qué hacen ellos aquí?.

-Venimos a pedirles que se retiren de las tierras que nos han arrebatado, esta tierra es nuestra y no keremos que la destruyan.
Dijo uno de ellos el que parecía ser el jefe, dirigiéndose a uno de los pobladores.
– Fuera!, fuera!
Empezaron a gritar los pobladores. Pero el indio no se perturbaba. Uno de los gringos le dijo algo como:
– Pero nosotros estamos ayudando a la gente para que puedan mejorar sus casas para vivir mejor.
Y el indio contestó:
– La tierra que están habitando no les pertenece, nos pertenece a nosotros y vamos a luchar por lo que es nuestro.
Y con esas palabras enrumbaron hacia la montaña. Yo intentaba hablar pero nadie me escuchaba, entonces buscaba la salida de aquel cuarto.

Ya cuando empezaba a oscurecer, se empezarona ver mas siluetas sobre los cerros, poco a poco iban llenando las cimas, era incontable la cantidad de indios que se apostaban en todos los cerros. Los pobladores habían reemplazado los martillos y clavos por cuchillos de cocina, hachas y palos. Los gringos también estaban preparados para peplear.

De pronto estallan los cerros aun solo grito los indios empiezan a descender a toda velocidad, descienden por cientos, corriendo y levantando una nube de polvo a su paso. Yo intento salir de cualquier forma pero es imposible, el cuarto no tiene salida, y está ahora totalmente oscuro.

Empiezan a llegar los primeros indios con hondas y palos, y son muertos por los pobladores con facilidad, yo estoy gritando como loco dentro de la casa. En eso los «gringos» empiezan a sacar armas de fuego, para ellos y los pobladores, rifles y escopetas, y los indios que se van acercando van cayendo victimas de los disparos y cada vez son menos, y yo grito con rabia �??Dejenlos�?? �??no los maten�?? �??mierdas�?? �??dejenme salir�?? y tengo esa sensacion de angustia terrible, mortal. En eso ya no oigo ruidos; miro por la ventana y solo veo muchos muertos, todos indios, volteo hacia atrás de mi, y ahora hay una puerta, está abierta, y salgo rápidamente de la casa, solo veo muertos por todos lados, ha llovido, el cielo está gris, los cerros humedecidos, y hay charquitos de agua y sangre por donde camino. Mas allá sobre una roca, un indio llorando a un hombre muerto, es un niño, voltea la mirada a medida que me acerco, y me mira con odio, nunca me he sentido tan odiado en mi vida, el joven se queda alli arrodillado con el cuerpo del hombre muerto entre sus brazos, llorando, odiándome; y los pobladores festejan junto con los «gringos», saltan, algunos hacen rondas levantando las manos en señal de victoria, y hablan de cómo murieron los indios, de como mataron 5, 6 ó 10. Y bailan cerca de los cuerpos ya sin vida. Yo estoy llorando amargamente.

Otra vez el silencio, todos voltean la mirada y se acerca un grupo de 4 indios, los mismos que vinieron la primera vez; los pobladores empuñan sus armas pero dejan que la comitiva se acerke. Cuando se encuentran a unos metros el lider vuelve a alzar la voz:
– Pueden quedarse con la tierra, se la han ganado.
Se da media vuelta y se va lentamente perdiéndose en las montañas, y otra vez la fiesta estalla.
Despierto.

* Hasta el día de hoy recuerdo la ira en la mirada del muchacho, es algo que dificilmente olvidaré mientras viva.