Slaytanic

La primera vez que escuché a slayer tendría unos 16 años, aún estaba en el colegio y apenas empezaba a escuchar metal (un poco más fuerte, ya que venía oyendo Iron Maiden, Ozzy, y cosas como esa desde hacía algún tiempo).

La primera canción que oí de ellos fué «South of heaven», desde aquel momento me encantó, la onda tetrica que tenía la canción, el sonido de las guitarras, los gritos desgarradores de Tom, la entrada de Lombardo, sencillamente me encantó. Poco a poco fuí escuchándo más de ellos, Reign In Blood, Show No Mercy, y por último el genial «Seasons In The Abyss» (en los inicios de los 90’s). Ya para este entonces me había convertido en un asiduo oyente de toda la música metal que llegaba a mi poder.

Años después me distancié un poco del metal, después de cannibal corpse todo me sonaba igual, llegó la transición del cassette al cd, cambio de actividades, el trabajo, una que otra fiesta, y empecé a escuchar toda la música que podía, comercial o no, diferentes estilos, pero siempre había una (digamos) necesidad de desenpolvar mis viejas cintas y aplicarme una dosis de fuerza.

Los últimos tres o cuatro días no he soltado slayer para nada, he oido todos los discos una y otra vez, muy aparte de mi gusto por el slayer tiene la particularidad de cambiarme el estado de animo.

Slayer es una de las bandas que nunca dejé de escuchar (ni lo haré), thrash poderoso, violento, a ratos pesado, los solos muchas veces disonantes (diablo en la música), los contrapuntos entre Jeff Hanneman y Kerry King son increibles (aunque creo que Kerry no es precisamente el mejor guitarrista), la fuerza que tiene la música los riffs…

Cuando me encuentro en un proceso de depresión tengo dos salidas, la primera es obviamente dormir, dormir todo lo que puedo, a veces me duermo varias veces en el día, y solo me despierto para volver a dormir, «cualquier problema es menos terrible después de 2 días».

La otra terapia que uso es transformar mis sentimientos, cambiar la pena y la angustia, el desgano, por rabia, convertir toda la pesadez en odio, y la depresión se convierte en un colerón que se kita siendo agresivo con un par de personas. En este sentido Slayer siempre fué un aliado al momento de llenarme de energía, y no hablo de el hecho de volverme violento, sino de revivir mi disconformidad con algunas cosas y responder visceralmente, cargarme hasta el límite y sacar todo lo que llevo adentro de golpe.

Hice mi selección personal, y seleccioné los albums que me parecen imprescindibles, y son tres, en el siguiente orden:

– Seasons in the abyss [1990]
– South of heaven [1988]
– Reign in blod [1986]

Me queda un sabor agradable después de hablar de slayer, y el deseo de que se concrete su visita al Perú.

God hate us all.

Links:
http://www.americanrecordings.com/slayer/
http://www.slaytanic.com/
http://www.darkelucidation.com/slayer_discography.php