Diciendo Adios

Ayer fuí al aeropuerto para despedir aun tío mio que salía de viaje, el se va a Europa con su esposa y su hijo mayor, su hijo lo invitó. Mi tío tiene 42 años de casado, y se va unos meses a pasear a Europa, no se bién los paises que va a visitar, creo que Alemania, Italia, Españ y no se que más. Mi familia estuvo en el aeropuerto, estabamos felices porque aunque sea ya mayor, mi tío tiene la oportunidad de conocer otros lugares. Aunque todo el tiempo yo estuve un poco ido, me llamaba la atención (primera vez que lo noto) la cantidad de parejas separadas en la sala de embarque. Generalmente estaban llorando, casi todos lloraban, se abrazaban fuerte, se besaban, no querían separarse, pero a la vez querían, o al menos uno de ellos, tenía que irse, porque no pueden abandonar todo en nombre de lo que sienten, porque hay cosas más importantes para ellos, no se, al menos yo lo interpreto así. Siempre me enternece ver eso, me ponen muy sensible y a la vez irritable, en ese momento no acepto muestras de cariño de nadie, ni las bromas de mi padre podían sacarme del trance, tenía ganas de estar solo, ganas de no haber sentido nunca esa sensación de perder lo que mas se quiere, pienso que así es mucho más cruel, porque entiendo que alguien te deje si no te ama; pero no entiendo a alguien que dice amarte y te deja por dinero, no sé, al menos yo lo veo así. A pesar de que tengo una idea confusa del amor, supongo que soy demasiado romantico en ese aspecto, pues siempre esperé que alguien de ellos se desanime y regrese antes de subir al avión; creo que seguiré yendo al aeropuerto muchas veces y nunca veré esa escena. Hace tiempo que no había pensado en las veces que estuve en la puerta de la sala de embarque (que hasta ahora me parece horrible), por alli salieron grandes amigos que luego, con el tiempo y la distancia se fueron perdiendo, y amigos que a pesar del tiempo y la distancia continuan su amistad, todo se vuelve un poco más lento pero intentan no dejarla morir. Recordé tambien a los amores perdidos, cuando era yo el que lloraba delante de esa puerta, sintiendo que se iva la mitad de mi. Recurdo los rostros mojados por las lagrimas de la gente que se fué, la rabia que sentía cada vez que me sucedió, las esperanzas de que pronto volveriamos a vernos, esperanzas de ser felices juntos, esperanzas que fueron muriendo poco a poco, he pensado demasiado en esto, creo que aprendí mucho ultimamente, y aunque duela se que todo es un juego, y que yo también puedo jugar y ser sincero a la vez, eso me hace feliz, porque la última vez que estuve frente a esas puertas, cuando la que en ese entonces era la mujer de mi vida, me dejaba atrás� �yo también la dejaba atrás, y no lloré.

* Octubre 2002